Tu bebé mide ya casi 13 cm, del tamaño de un paquete de galletas.
Ya tu bebé posiblemente juegue con su cordón umbilical, que cada vez es más fuerte y grueso. Los latidos de su corazón son cada vez más fuertes por lo que se vuelve más fácil detectarlos con la ayuda de un fonesdoscopio.
Uno de los cambios que experimentan muchas madres en este período son los altibajos emocionales. Pasar de un estado de alegría y tranquilidad a estar preocupadas o llorar por cosas que no son tan relevantes.
No es que estemos locas o se vaya a tornar permanente. Es simplemente otro de los cambios que experimentamos por nuestros niveles hormonales tan cambiantes.
Puedes sentirte algo incómoda, o llorar como niña pequeña haciendo pataleta, con situaciones como leer una noticia, ver alguna situación particular en la calle o hablar con tu pareja sobre algo preocupante.
Debes saber que esto es pasajero, que con las semanas pasará y que debes aprender a identificar estos momentos sensibles para tratar de remediar la situación y canalizar tus emociones.
Es bueno siempre que tu pareja o personas cercanas sepan de estos cambios para que te tengan mucha paciencia y te ayuden a que estos momentos tristes pasen rápidamente.
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