Hay momentos en tu embarazo donde es normal que te sientas tensa, con poca paciencia o de mal humor. En estos momentos es necesario que tomes una pausa en tu día a día para que de manera sencilla puedas relajarte en el embarazo y evitar así las consecuencias negativas que el estrés puede traerte.
Por eso hemos desglosado estos 10 sencillos pasos sobre cómo puedes aprender a relajarte en tu embarazo. Te anticipo, sería ideal que tu pareja u otra persona las leyera por ti, para que te dediques solo a estar relajada:
- Lo primero que debes hacer es prestar atención a cómo te sientes, tanto en tu mente como en tu cuerpo. Escucharte y sentirte de esta manera te permite interiorizar lo que te está pasando y poder dejar a un lado tus pensamientos poco favorables.
- Siéntate o recuéstate en un lugar cómodo. Lo importante es tener la espalda bien recostada, poder estirar un poco las piernas, de manera que los músculos se vayan soltando para dejar la tensión.
- Cierra los ojos y deja atrás cualquier pensamiento de trabajo, de tu casa o cosas pendientes que tengas en ese momento. Céntrate en el aquí y en el ahora; en estos 5 minutos que vas a tomar solo para ti, para dar una pausa y estar en calma contigo y con el mundo que te rodea. No pienses en nada más, solo enfócate en tu respiración.
- Toma el aire por la nariz muy despacio y cuando llegues al máximo bótalo por la nariz también, lo más despacio que puedas. Si estás muy tenga y aún con un poco de aceleración en tu cuerpo, da respiraciones cortas. De a poco, ve haciendo que se hagan más lentas y profundas.
- Despega la lengua del paladar y déjala caer. Este es un punto de tensión constante que no se relaja con facilidad, por lo que debes ser muy consiente para que cada vez que te sientas tensa relajes la lengua.
- Empuña tu mano derecha fuerte y luego relájala. Siente cómo los músculos se tensan y se relajan, se consiente de ello. Haz lo mismo con tu mano izquierda, con la pierna derecha y la pierna izquierda.
- Ahora piensa en tu cuello y tus hombros. Deja caer los hombros y sepáralos de tus orejas, siente como la tensión en esta zona se hace cada vez menor y cómo tu cabeza va cayendo sin fuerza.
- Pasa entonces a tu espalda baja. Imagina cómo esta zona se siente tibia y cómoda. Imagina también cómo cada vez que haces una exhalación, se van tus tensiones, malestares, presión y todas esas sensaciones que generan dolor.
- Sigue respirando profundamente y concéntrate ahora en tu bebé. Siente cómo cada respiración lo llena de energía y cómo puede estar moviéndose en este momento, en sus pequeñas pataditas y en sus pequeños brincos. Disfruta este momento el tiempo que quieras.
- De pies a cabeza empieza a activar cada músculo de tu cuerpo. Empieza moviendo los dedos de tus pies, luego tus piernas, incorpórate en la silla y de a poco ve abriendo tus ojos para tomar un nuevo aire y continuar llena de energía con este grandioso día.
Practica este ejercicio cuantas veces quieras y cuantas veces lo necesites. Recuerda que la primera persona que debe estar bien contigo misma eres tú, tanto física como mental y anímicamente.
Así que no dudes en tomar espacios cada día para realizar estos ejercicios de relajación y sentirte siempre llena de positivismo y amor.
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