A partir de los 6 meses de embarazo, cuando la barriga ya tiene un buen tamaño, es muy común que aparezca un dolor bastante característico en la zona baja de la pelvis.
Con el esfuerzo, al caminar o al estar mucho tiempo sentada suele empeorar. A esto se le llama pubalgia o dolor de pubis en el embarazo.
¿Qué lo causa?
Nuestra cadera hacia la parte frontal está formada por una unión cartilaginosa llamada sínfisis púbica.
Esa unión durante el embarazo, suele recibir mucha presión a causa del peso del bebé y, adicionalmente por los cambios hormonales propios del embarazo, esta unión sufre una distensión que genera el dolor.
Este dolor suele empeorar cuando estás mucho tiempo sentada y te vas a levantar. También cuando al bajar del carro haces ese primer esfuerzo para levantarte, al pasar demasiado tiempo de pie o al subir escaleras.
¿Cómo puedo evitarlo?
Aunque se trata de un trastorno pasajero que mejora con el nacimiento del bebé, sí suele ser muy molesto e incómodo, pues es el causante de ponernos a caminar como patos al finalizar el embarazo!
Para disminuirlo y evitar que empeore, no cruces las piernas cuando estés sentada. Al levantarte de la silla del escritorio o del carro apóyate en las dos piernas para que el peso se distribuya mejor. También usa una almohada en medio de las piernas al dormir.
Y lo mejor que te puedo recomendar es realizar los siguientes ejercicios de yoga prenatal que te permitirán relajar la pelvis y fortalecer su musculatura, disminuyendo así el dolor de pubis en el embarazo:
- Respira profundo (3 respiraciones profundas, tomas y botas el aire por la nariz), relájate y conéctate con tu bebé.
- Estira una pierna formando un ángulo de 90° respecto a la otra. Toma con una mano el pie (si no alcanzas, toma el tobillo o la rodilla) y la otra mano elévala hacia el cielo para que se estire y fortalezca la espalda y los músculos internos de la pierna. Realiza 3 respiraciones profundas en esa posición y cambia de lado.
- Junta los dedos gordos de los pies, abre las rodillas. Ve hacia adelante dejando la cara sobre el piso (avanza hasta donde la barriga te dé espacio). Esta posición de descanso estira tu espalda y cadera y te permite relajar todos los músculos de la pelvis y los internos de las piernas.
- Finalmente vuelve a la posición inicial, respira profundo y relájate realizando las respiraciones necesarias hasta que te sientas de lo mejor.
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